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8 Junio 2023

El campo español muere de sed

Sequía en el campo español

España atraviesa en la actualidad una sequía de preocupantes consecuencias, especialmente para los cultivos en casi todas sus modalidades.

El país se encuentra en estado de sequía meteorológica, hidrográfica y agrícola desde el mes de enero de 2022. La escasez de precipitaciones se une a temperaturas más cálidas de lo habitual, generando una situación que provoca la pérdida de fertilidad de las tierras de cultivo y la pérdida de capacidad de los embalses. De hecho, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico alertaba, en un informe publicado el pasado 16 de mayo, de que la reserva hídrica española está al 48,2% de su capacidad total. Los embalses almacenaban en ese momento 27.033 hm³ de agua, 384 hm³ menos que en la medición semanal anterior.

Preocupa de manera más acusada la situación en la vertiente sudoriental. Las cuencas hidrográficas del bloque andaluz registran cifras muy bajas (Guadiana al 32%; Guadalete-Barbate al 26,1%; Guadalquivir al 24,2%; y la cuenca mediterránea andaluza al 34,4%), mientras que la del Segura está al 33,3% y las cuencas internas de Cataluña a un desolador 25,3%.

Además, en su ‘Resumen de la evolución de las precipitaciones en España’ correspondiente al 18 de mayo, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) refiere que “el valor medio nacional de las precipitaciones acumuladas desde el pasado 1 de octubre de 2022 hasta el 16 de mayo de 2023 se cifra en 356 mm, lo que representa alrededor de un 28% menos que el valor normal correspondiente a dicho periodo”.

En lo que respecta a las temperaturas, la propia Aemet destaca que este último ha sido el quinto invierno más cálido del siglo XXI y el décimo desde que se empezaron a contabilizar estos parámetros, en 1961.

El sector agrario, principal perjudicado

La sequía que está padeciendo España cuenta con dos características que la convierten en una de las peores de la serie histórica: su duración y su intensidad. Por un lado, se trata de una sequía estable en el tiempo, que ya va por su segundo año. Por el otro, está considerada como una de las más graves del conteo histórico por su creciente intensidad y por la amplia extensión de territorio que abarca.

La agricultura y la ganadería son las grandes afectadas. Según un reciente informe de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), la sequía “asfixia ya al 80% del campo español” y pone en riesgo la rentabilidad de miles de explotaciones.

Desde COAG se lamentan de la pérdida de las cosechas de trigo y cebada en Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Murcia, Aragón, Comunidad de Madrid, Cataluña y Castilla y León, así como de la amenaza que suponen las restricciones al regadío para las explotaciones de frutales de Andalucía, Región de Murcia, Comunidad Valenciana y Cataluña.

Además, avisan de que no se va a poder llevar a cabo el cultivo del arroz en Andalucía, y de que, en la franja meridional, no se va a superar el 20% de una cosecha normal de olivos y frutos secos de secano en las comarcas más afectadas.

La ganadería tampoco se libra. Las cabaña ovina-caprina y vacuno en extensivo acusan la ausencia de pastos. Como consecuencia, los ganaderos tienen que hacer frente a importantes gastos extra de pienso y forrajes, cuyos precios se han disparado en las últimas semanas. Además, COAG advierte de que la posibilidad de que, en los próximos meses, se den problemas de abastecimiento.

Otras sequías históricas

A la sequía actual, que atraviesa ya su segundo año, le preceden otras seis grandes crisis. La primera de la que se tienen registros corresponde al siglo XVIII (1749 a 1753). Los datos disponibles indican que tuvo especial incidencia en la mitad septentrional de la península.

Ya en el siglo XX, se produjo una gran crisis entre 1944 a 1946. Los ríos más abundantes vieron mermado su caudal y la capacidad de los embalses al 14%.

En la sequía de 1979 a 1983 se vio especialmente afectado el lado este del país, mientras que, en la de 1991 a 1995, la capacidad de los embalses cayó al 15% y descendieron las reservas de los acuíferos.

El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel fue triste protagonista entre el 2005 y el 2009. La sexta y penúltima sequía azotó en 2017.

Las lluvias de mayo: un pequeño respiro

Dentro de la preocupante situación hídrica que sufre el país, en las últimas semanas se están produciendo precipitaciones generalizadas en la mayor parte de la península y el archipiélago balear que suponen un pequeño respiro.

Aemet apunta que estas lluvias convierten al mes de mayo de 2023 en más húmedo que el del año anterior. Según los datos disponibles, hasta el día 23 se contabilizaban 25 l/m² en el conjunto de España, por los 21 l/m² de todo mayo 2022.

La propia Agencia prevé que esta “anomalía positiva en precipitaciones” seguirá dándose en las próximas semanas y también durante el mes junio.